He dejado mis zapatos...
















“A veces una pequeñísima señal, es capaz de devolver el amor.”
Sentada desde mi ventana ,veo mi jardín como se viste con su nuevo traje de cálidos pigmentos otoñales.

Los árboles que tiempo atrás, vibraban de verdor, luciendo sus hojas al cielo majestuosamente, hoy están teñidos de colores anaranjados y amarillos añejos ilustrando el melancólico otoño que se arrimó a cada uno de ellos, dejándolos pausadamente desnudos, con sus delgados brazos al aire como un maniquí para volver a vestir.


Salgo y camino sobre la alfombra de hojas de armónicos susurros recién caídas, respirando otras brisas de terciopelo que llegan desde lejos, tal vez desde miles de kilómetros recorridos.

Interno mis pasos sobre un camino de amarillas hierbas ,huelo tu aroma y escucho tu voz inconfundibles en este paraíso de remanso.


Miro los alrededores con la emoción que me embarga y te busco, te indago detrás de cada montículo de arbustos y piedras, mas no te encuentro , sin embargo mi corazón late a mil, presintiendo que muy cerca de mí estás.

Unos ruiseñores como mariposas llenas de algarabía , dejan por un instante sus nidos para revolotear alrededor de mis oídos , contándome con sus cantos de azúcar, la dirección en donde te habían visto pasar , ayudándome como mis más files amigos y guiándome con el viento para llegar hacia ti.


Guiada por ellos y por tu aroma que evoca tanta virilidad, sigo adelante hasta desabrochar mis zapatos y dejarlos acomodados sobre el mar de hierba mezclada en verdes mentas y amarillos erosionados y así correr descalza como cuando era una niña , para reencontrarme más prontamente con tus brazos de roble ,que tantas veces me sujetaron a tu calor.

He cruzado valles, he cruzado campos tatuados de arados y de trabajo campesino, he cruzado playas y ríos , he recorrido caminos olvidados por pies cansados, con el sólo afán de encontrar a ese hombre que el destino hizo mío.


Mi cuerpo siente el cansancio de este eterno recorrer y mis plantas de algodón ya sienten el dolor de la desesperanza y el rigor de la búsqueda desde que en ese mar de hierba dejé mis zapatos.

Sin embargo aunque el dolor me corroa, no pararé, no me dejaré vencer porque sé que tú también me buscas niño mío y porque entregarías tu vida al cielo hasta hallarme.


Correré sin aliento, saltaré los obstáculos más difíciles, hasta llegar a ver y cegarme con el brillo de tus ojos de cristal llenos de sabidurías y sentir la tibieza de tu cuerpo al lado mío.

Ya otra noche está llegando, a este océano de búsquedas y sentimientos, en donde cada lucero me sonríe y con su fulgurar acompasado, crean danzas divirtiéndome y alentándome a seguir porque ya nada falta.

En esta magia de danzas universales , extenuada caigo sobre una caracola, adormeciéndome con sus susurros a sirenas y a los cantares oceánicos llenos de misticismo.


El alba me despierta y me llena de regocijo, porque tu perfume me llega a raudales y me dan las fuerzas para seguir, pero mis pies se paralizan e imploro al cielo que me de la última chance para verte, aunque después de esa maravillosa visión, se lleve mi último suspiro.

No me importa dejar todo, no me importa dejar la vida, no me importa dejar en un capullo mi corazón con tal de beber otra vez tu dulzor.
Y mis ruegos se hacen realidad , sintiendo como llegas traído por los primeros rayos de sol y me tomas de una manera tan delicada, como si al hacerlo me pudiera trizar.

Nuestro abrazo es infinito y nuestro beso, un hogar de luciérnagas que lo iluminan todo y de tu boca de guindas en miel, me dices ..”.vamos a darnos todo el tiempo perdido mi paloma, a amarnos como si el amor se hubiese creado sólo para nosotros, a enloquecer en pasiones y caricias, pero antes viste tus pies de cenicienta con estos zapatos que me llevaron hacia ti, que al llegar a casa ,curaré con mis besos húmedos esas heridas y haré descansar tu cuerpo en el mío, meciéndonos en el amor”.


Y yo, sumergida en el eco de tus palabras te contesto...”si, duende de mi alma, hagamos de este tiempo que regresó extasiado en otoño, esa melodía que nunca alcanzaste a componer, y así la bailemos juntos desquiciándonos con el sólo placer de volvernos a tener”

Mas si en un tiempo de distancias , vuelves a difuminar tu esencia y sólo dejas abandonada tu aroma en mi piel, seré capaz nuevamente de dejar mis zapatos en la hierba o en donde sea , más todo lo que viste mi alma y mi piel ,para buscarte en la inmensidad de la naturaleza y encontrarte hasta que con mi último latido te diga ,que jamás te dejaré porque nací desde esta madre tierra para amarte.

Agualuna


No comments:

Post a Comment

Followers

Pageviews Last 7 Days